Este trabajo tiene por objeto realizar un acercamiento al concepto del dolor, tomando desarrollos psicoanalíticos que permiten pensar que les sucede a pacientes que sufren enfermedades respiratorias graves. Por otro lado, se busca transmitir un modo posible de intervención en el dispositivo de Interconsulta de Salud Mental en las salas de internación de pacientes con las enfermedades recientemente mencionadas.
Un acercamiento al dolor.
En el “Proyecto de psicología” de 1895, Freud realiza un exhaustivo trabajo sobre cómo se constituye un sujeto y su aparato psíquico, al decir de Lacan en El Seminario 7 “…ese aparato es esencialmente una topología de la subjetividad- de la subjetividad en que ella se edifica y se construye en la superficie de un organismo.”[1]
Para la constitución de dicho aparato se plantean dos vivencias que son constituyentes, una es la vivencia de satisfacción donde se constituirá el objeto de deseo que será fundante del placer, y otra es la vivencia de dolor donde encontramos un objeto hostil que genera al sujeto una carga extrema de energía que produce el quiebre del principio de constancia y genera un displacer en el individuo. Este afecto que se despierta será expresado por medio del grito ya que el individuo se encuentra desvalido y no puede escapar de este estímulo interior.
Lacan amplía esta noción planteando que este afecto presenta un carácter complejo del dolor y brinda una definición mas amplia, dice “… también me contentaré con sugerir que deberíamos quizá concebir el dolor como un campo que, en el orden de la existencia, se abre precisamente en el límite en que el ser no tiene posibilidades de moverse.”[2]
De modo que se puede pensar en un aspecto fisiológico del dolor así como también del aspecto subjetivo del mismo. En el transcurso de la historia el dolor ha sido concebido desde diferentes puntos de vista como puede ser: lo religioso como castigo divino, lo cultural como un desequilibrio energético entre el ying y el yang en la cultura China, lo filosófico siguiendo a Aristóteles que lo define como una pasión negativa y Descartes como una sensación en el cerebro que activaba los espíritus animales que daban origen a una reacción. En la actualidad se encuentra una definición multidimensional, como la que otorga la Asociación Internacional para el Estudio del Dolor (IASP) de 1986 “El dolor es una sensación en una parte o partes del cuerpo, pero, igualmente siempre se trata de una experiencia desagradable y por lo tanto emocional. El dolor es siempre subjetivo.”[3]
Retomando a Freud, se encuentra una mención sobre esta temática en “Inhibición, síntoma y angustia” de 1925, donde plantea que se puede generar ante la pérdida del objeto a diferencia de la angustia que genera un alerta frente al peligro de la pérdida del objeto. Por otro lado, retoma algunos conceptos desarrollado en “Más allá del principio del placer” (1920) donde planteaba la perforación de la barrera antiestímulo generando un monto de energía no ligado y dejando al sujeto sin movimiento posibles, menciona que esta energía puede provenir del exterior o del interior. Como consecuencia de lo mencionado Freud dice que “A raíz del dolor corporal se genera una investidura elevada, que ha de llamarse narcisista, del lugar doliente del cuerpo; esa investidura aumenta cada vez más y ejerce sobre el yo un efecto de vaciamiento, por así decir.”[4]
Jacques- Alain Miller en “Biología lacaniana y acontecimiento del cuerpo” retoma la frase citada de Lacan en el Seminario VII, donde introduce el reino de la piedra, y amplia el tema de la inmovilidad haciendo referencia a Heidegger quien desarrolla esta temática tomando la piedra, “La piedra es sin mundo”. Toma la misma ya que es un modo de ejemplificar la inmovilidad y la falta de vida que hay en ella, además se dice que “La ausencia del mundo no excava en la piedra una falta, es lo que es y está donde está.”[5], quedando por fuera de la cultura hasta que ingresa en el mundo del hombre, el cual la inscribe como significante.
En cambio, en el hombre se localiza lo animado, móvil, esta inserto en una cultura y atravesado por el lenguaje, y ese “cacho de carne” tiene cosas por decir. Este último es un organismo dividido en dos cuerpos que se superponen. Miller lo dice de la siguiente manera “Por un lado, un cuerpo de saber, que sabe lo que necesita para sobrevivir, el cuerpo epistémico y, por otro lado, el cuerpo libidinal. El primero es el cuerpo que normalmente debería estar regulado y cuya regulación debería ser placer, el cuerpo- placer que obedece, y el segundo es el cuerpo- goce, desregulado, aberrante, donde se introduce la represión como rechazo de la verdad y sus consecuencias.”[6]
[1] Lacan, Jacques. (1959- 1960) El seminario. Libro 7. La ética del psicoanálisis. Editorial Piadós. Buenos Aires. 2007. Pág. 55.
[2] Ídem. Pág. 76.
[3] Mucci, M. del Carmen “Dolor sensación, dolor percepción, en psicoprofilaxis quirúrgica” Conferencia pronunciada en las 1º Jornadas Argentinas del Dolor, de la Asociación Argentina para el Estudio del Dolor. En www.acheronta.org/acheronta3/dolor.html
[4] Freud, Sigmund (1925) “Inhibición, síntoma y angustia”. Obras completas Tomo XX, Amorrortu Editores, Buenos Aires. 1996. Pág. 160.
[5] Miller, Jacques- Alain. Biología lacaniana y acontecimiento del cuerpo. Colección Diva. Buenos Aires. 2002. Pág. 51.
[6] Ídem. Pág. 72- 73.
*Trabajo presentado en IV Congreso Argentino de Salud Mental, 4º Encuentro Interamericano de Salud Mental, “El Padecimiento mental. Entre la salud y la enfermedad”. AASM y World Federation for Mental Health. (13/06/09)
Un acercamiento al dolor.
En el “Proyecto de psicología” de 1895, Freud realiza un exhaustivo trabajo sobre cómo se constituye un sujeto y su aparato psíquico, al decir de Lacan en El Seminario 7 “…ese aparato es esencialmente una topología de la subjetividad- de la subjetividad en que ella se edifica y se construye en la superficie de un organismo.”[1]
Para la constitución de dicho aparato se plantean dos vivencias que son constituyentes, una es la vivencia de satisfacción donde se constituirá el objeto de deseo que será fundante del placer, y otra es la vivencia de dolor donde encontramos un objeto hostil que genera al sujeto una carga extrema de energía que produce el quiebre del principio de constancia y genera un displacer en el individuo. Este afecto que se despierta será expresado por medio del grito ya que el individuo se encuentra desvalido y no puede escapar de este estímulo interior.
Lacan amplía esta noción planteando que este afecto presenta un carácter complejo del dolor y brinda una definición mas amplia, dice “… también me contentaré con sugerir que deberíamos quizá concebir el dolor como un campo que, en el orden de la existencia, se abre precisamente en el límite en que el ser no tiene posibilidades de moverse.”[2]
De modo que se puede pensar en un aspecto fisiológico del dolor así como también del aspecto subjetivo del mismo. En el transcurso de la historia el dolor ha sido concebido desde diferentes puntos de vista como puede ser: lo religioso como castigo divino, lo cultural como un desequilibrio energético entre el ying y el yang en la cultura China, lo filosófico siguiendo a Aristóteles que lo define como una pasión negativa y Descartes como una sensación en el cerebro que activaba los espíritus animales que daban origen a una reacción. En la actualidad se encuentra una definición multidimensional, como la que otorga la Asociación Internacional para el Estudio del Dolor (IASP) de 1986 “El dolor es una sensación en una parte o partes del cuerpo, pero, igualmente siempre se trata de una experiencia desagradable y por lo tanto emocional. El dolor es siempre subjetivo.”[3]
Retomando a Freud, se encuentra una mención sobre esta temática en “Inhibición, síntoma y angustia” de 1925, donde plantea que se puede generar ante la pérdida del objeto a diferencia de la angustia que genera un alerta frente al peligro de la pérdida del objeto. Por otro lado, retoma algunos conceptos desarrollado en “Más allá del principio del placer” (1920) donde planteaba la perforación de la barrera antiestímulo generando un monto de energía no ligado y dejando al sujeto sin movimiento posibles, menciona que esta energía puede provenir del exterior o del interior. Como consecuencia de lo mencionado Freud dice que “A raíz del dolor corporal se genera una investidura elevada, que ha de llamarse narcisista, del lugar doliente del cuerpo; esa investidura aumenta cada vez más y ejerce sobre el yo un efecto de vaciamiento, por así decir.”[4]
Jacques- Alain Miller en “Biología lacaniana y acontecimiento del cuerpo” retoma la frase citada de Lacan en el Seminario VII, donde introduce el reino de la piedra, y amplia el tema de la inmovilidad haciendo referencia a Heidegger quien desarrolla esta temática tomando la piedra, “La piedra es sin mundo”. Toma la misma ya que es un modo de ejemplificar la inmovilidad y la falta de vida que hay en ella, además se dice que “La ausencia del mundo no excava en la piedra una falta, es lo que es y está donde está.”[5], quedando por fuera de la cultura hasta que ingresa en el mundo del hombre, el cual la inscribe como significante.
En cambio, en el hombre se localiza lo animado, móvil, esta inserto en una cultura y atravesado por el lenguaje, y ese “cacho de carne” tiene cosas por decir. Este último es un organismo dividido en dos cuerpos que se superponen. Miller lo dice de la siguiente manera “Por un lado, un cuerpo de saber, que sabe lo que necesita para sobrevivir, el cuerpo epistémico y, por otro lado, el cuerpo libidinal. El primero es el cuerpo que normalmente debería estar regulado y cuya regulación debería ser placer, el cuerpo- placer que obedece, y el segundo es el cuerpo- goce, desregulado, aberrante, donde se introduce la represión como rechazo de la verdad y sus consecuencias.”[6]
[1] Lacan, Jacques. (1959- 1960) El seminario. Libro 7. La ética del psicoanálisis. Editorial Piadós. Buenos Aires. 2007. Pág. 55.
[2] Ídem. Pág. 76.
[3] Mucci, M. del Carmen “Dolor sensación, dolor percepción, en psicoprofilaxis quirúrgica” Conferencia pronunciada en las 1º Jornadas Argentinas del Dolor, de la Asociación Argentina para el Estudio del Dolor. En www.acheronta.org/acheronta3/dolor.html
[4] Freud, Sigmund (1925) “Inhibición, síntoma y angustia”. Obras completas Tomo XX, Amorrortu Editores, Buenos Aires. 1996. Pág. 160.
[5] Miller, Jacques- Alain. Biología lacaniana y acontecimiento del cuerpo. Colección Diva. Buenos Aires. 2002. Pág. 51.
[6] Ídem. Pág. 72- 73.
*Trabajo presentado en IV Congreso Argentino de Salud Mental, 4º Encuentro Interamericano de Salud Mental, “El Padecimiento mental. Entre la salud y la enfermedad”. AASM y World Federation for Mental Health. (13/06/09)