La droga es una sustancia que data de la antigüedad, en griego se utilizaba la palabra “Pharmakon”, es decir con su cara positiva/ medicamento (la de curar o prevenir enfermedades) y su cara nociva/ droga (dañar o matar a la persona).
En uno de los textos sociales de Freud, “El malestar en la cultura”, se enumeran diferentes paliativos, algunos extremos y otro mas suavizados, menos perjudiciales, para que los sujetos puedan lidiar con la realidad y el sufrimiento, uno de ellos lo llama los “quitapenas”, haciendo referencia a que “existen sustancias extrañas al cuerpo cuya presencia en la sangre y en los tejidos nos procura sensaciones directamente placenteras, pero a la vez alteran de tal modo las condiciones de nuestra vida sensitiva que nos vuelven incapaces de recibir mociones de displacer” [1]
Una de las causas que se escucha a menudo del adicto, es justamente una huida de la realidad que le toca vivir, niños que en su casa no encuentran la contención necesaria pero el mundo que los rodea tampoco la brinda, razón por la cual ingresan en el circulo vicioso de la droga.
Unos de los modos que hay para solucionar este problema, que en la actualidad a tomado una gran magnitud, no es solo con tratamientos conducido por equipos interdisciplinarios, sino también contando con campañas de prevención que no solo sean llevadas a cabo por los políticos de turno sino también por nosotros, como ciudadanos y familiares, colaborando en la búsqueda del mismo fin. Para ayudar en la prevención de ciertas patologías no es exclusivamente necesario haber estudiado carreras que se relacionen con la temática sino que todos podemos asumir esa actividad desde el núcleo familiar, por ejemplo, brindando la contención necesaria para que los sujeto no deban recurrir a sustancias nocivas que llevan a callejones sin salida.
Para finalizar les recomiendo ver “Requiem for a dream” (Réquiem por un sueño), una película que muestra esta problemática y otras que se encuentran muy relacionada a la misma.
[1] Freud, S “El malestar en la cultura” en Obras Completas, Tomo XXI, Amorrortu, Bs. As., p 78.
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