"El análisis nos enseña apenas lo que podemos soportar, pero tambien lo que podemos evitar. El análisis nos dice lo que debe ser eliminado."

"El valor de la vida"
Entrevista a S. Freud, 1926.

miércoles, 20 de enero de 2010

Un cuento para reflexionar.

"La oveja y el cerdo que construyeron una casa"*
Versión de Carolyn Sherwin Bailey



Una brillante mañana una oveja y un cerdo de cola enrulada emprendieron la marcha en busca de un hogar.
-Contruiremos una casa -dijeron la oveja y el cerdo de cola enrulada-, allí viviremos juntos.
Los dos anduvieron un largo, largo trecho, hasta que se encontraron con un conejo.
-¿Adónde vais? -preguntó el conejo.
-Vamos a contruir una casa -dijeron la oveja y el cerdo.
-¿Puedo vivir con vosotros? -preguntó el conjeo.
-¿Qué puedes hacer para ayudar?- preguntaron la oveja y el cerdo.
-Puedo afilar estacas con mis filosos dientes -dijo el conejo-, y clavarlas con mis patas.
Los tres anduvieron un largo, largo trecho, hasta que se encontraron con un ganso.
-¿Adónde vais? -preguntó el ganso.
-Vamos a contruir una casa -dijeron la oveja, el cerdo y el conejo.
-¿Puedo vivir con vosotros? -preguntó el ganso.
-¿Qué puedes hacer para ayudar? -preguntaron la oveja, el cerdo y el conejo.
-Puedo juntar musgo y usarlo para rellenar las hendijas con mi ancho pico -dijo el ganso.
Los cuatro anduvieron un largo, largo trecho, hasta que se encontraron con un gallo.
-¿Adónde vais? -preguntó el gallo.
-Vamos a construir una casa -dijeron la oveja, el cerdo y el conejo y el ganso.
-¿Puedo vivir con vosotros? -preguntó el gallo.
-¿Qué puedes hacer para ayudar? -preguntaron la oveja, el cerdo, el conejo y el ganso.
-Puedo cacarear de madrugada, para despertaros a todos -dijo el gallo.
-Bien -dijeron la oveja, el cerdo, el conejo y el ganso-. Puedes venir con nosotros.
Los cinco anduvieron un largo, largo trecho, hasta que encotraron un buen lugar para una casa.
La oveja cortó troncos y los colocó.
El cerdo fabricó ladrillos para el sótano.
El conejo royó estacas con sus afilados dientes. las martilló, con sus patas.
El ganso buscó musgo, y tapó las hendijas con el pico.
El gallo cantaba todas las madrugadas para anunciarles que era la hora de levantarse.
Y todos vivieron felicies en su casita.

* Bennett, William J. en "El libro de las virtudes", Buenos Aires, Vergara, 1995, pp. 286- 287.