"El análisis nos enseña apenas lo que podemos soportar, pero tambien lo que podemos evitar. El análisis nos dice lo que debe ser eliminado."

"El valor de la vida"
Entrevista a S. Freud, 1926.

lunes, 30 de mayo de 2011

¿Los malos recuerdos no tienen valor?

La semana pasada ha salido publicada una nota (“Pastillas que borran los malos recuerdos”) en la cual se hacía referencia a una investigación extranjera sobre un nuevo medicamento que quiere ser lanzado al mercado comercial. El cual será objeto de grandes debates y controversias ya que el propósito del mismo es que con la simple toma de unas pastillas los malos recuerdos serán eliminados.


Parece algo maravilloso e irreal, tan sólo nos llevará unos minutos borrar de nuestra mente aquellos malos momentos, aquellas situaciones bochornosas o traumáticas que nos han tocado transitar. Las cuales, hoy por hoy, nos pudieron haber ocasionado muchos malos momentos, cantidad de horas de terapia, charlas con amigos y miles de lágrimas derramadas. Pero pronto contaremos con una pastilla milagrosa que hará de nuestras vidas, una vida feliz y sin malestar.

Ojala fuera tan sencillo pero si se analiza a la luz de la psicología, desde este punto de vista no es tan sencillo, teniendo en cuenta que todos esos momentos, tanto los buenos como los malos, forman parte de nuestra memoria y de nuestra personalidad. Aquellos malos momentos o situaciones traumáticas que nos han tocado atravesar ayudaron a que hoy nos comportemos de determinada manera, contando siempre con la alternativa y la posibilidad de modificar aquello que consideremos erróneo, siendo sujetos responsables de nuestras acciones y decisiones. Es allí donde reside una de las grandes ayudas que brinda la terapia: la posibilidad de inspeccionar nuestro pasado, localizar aquello que no nos favorece para modificarlo en el presente y vivir una vida distinta en el futuro, pero sin olvidar aquello que hicimos y vivimos que forma parte de nosotros.

Una objeción realista y valedera es que la terapia analítica es larga y sus beneficios son a largo plazo. Se puede decir que es cierto, es un largo camino, pero apostar al psicoanálisis es apostar a un gran conocimiento de uno mismo, buscando respuestas a todas nuestras acciones y emociones, tarea difícil pero de gran eficacia y que permite sostener resultados en el tiempo.

A lo largo de la historia de la psicología se ha dado el enfrentamiento del psicoanálisis y variadas disciplinas, entre ellas la psicología cognitiva conductual. La misma ofrece soluciones rápidas, podríamos decir que semejantes a la pastilla por venir, pero que, por lo general, no son sostenibles en el tiempo y que muchas veces la recaída es más fuerte. Desde el psicoanálisis nos proponemos realizar una investigación en la historia personal para encontrar el origen de ese malestar, que es el que lleva a la persona a la consulta para que el sujeto- paciente pueda decidir, tomando una posición activa en el tratamiento, que hacer con ello. Modificarlo o no depende exclusivamente de él, pero contará para ello con el saber de porque sucede lo que sucede, además de contar con herramientas para afrontar las diversas situaciones semejantes que aparezcan en su camino.

Todo lo planteado en estas líneas me hace recordar una película que hoy cobraría toda actualidad y dejaría de ser una simple fantasía. El film en cuestión es “Eternal Sunshine of the Spotless Mind” (Eterno resplandor de una mente sin recuerdos). Les dejo el trailler de la misma y les recomiendo que la vean.

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