"El análisis nos enseña apenas lo que podemos soportar, pero tambien lo que podemos evitar. El análisis nos dice lo que debe ser eliminado."

"El valor de la vida"
Entrevista a S. Freud, 1926.

lunes, 28 de marzo de 2011

Cuando el diagnóstico se vuelve un problema.

El diagnóstico es un momento de gran importancia para varias ciencias que trabajamos al servicio de la salud. Pero también es un momento que reviste grandes problemáticas como el arribo del mismo, donde los especialistas deben atravesar por muchos pasos, momentos de confusión, o el momento de comunicar el diagnóstico que abrirá las puertas a atravesar nuevos obstáculos.


Sí pensamos en la medicina, a la hora de dar un diagnóstico, el médico debe considerar las consecuencias psíquicas que esa noticia puede generar en su paciente, ya que puede generar grandes montos de angustia y miedo por aquello que provoca la enfermedad pero también puede ser sumamente benéfico, teniendo en cuenta que al tener el nombre y apellido de aquello que esta afectando al organismo tiene una cura, una solución y ya se sabe de que modo alcanzar la esperada cura.

¿Pero qué sucede en el área de la salud mental? Aquí ya es más complejo el problema, es y continuará siendo tema de grandes debates, la pregunta del millón es ¿Es positivo y necesario que el paciente sepa su diagnóstico? ¿De qué manera afecta el conocimiento del diagnóstico al tratamiento?

En salud mental contamos con dos grandes libros para diagnosticar, el DSM IV (con su pronta llegada del DSM V) y CIE 10, cada uno con sus grandes aciertos y sus grandes desaciertos. Libros que vienen de la psiquiatría y buscan clasificar de una manera tajante a los individuos. Pero el problema es que desde varias ramas de la psicología, y sobre todo en el psicoanálisis, consideramos un gran obstáculo el tema del diagnóstico, no sólo porque clasificamos a nuestro paciente sino porque puede ser una piedra en el camino a la hora del tratamiento.

El psicoanálisis apunta a la singularidad del sujeto que consulta, es decir al uno por uno, al caso por caso, por lo tanto ¿De qué modo se puede realizar una clasificación de un paciente?. Decirle al mismo “Usted sufre de una Depresión mayor”. Nuestra función es poder acompañar al sujeto sufriente, escuchando cada uno de los detalles que nos relata, ayudando a pensar qué de la situación origina el sentimiento que lo trae a la consulta, además de buscar la forma de sobrellevar eso que esta allí.

Otro problema de comunicar un diagnóstico es la búsqueda ilimitada que realizan muchas personas al saber que padecen, y corremos el riesgo de que muchos de los síntomas que no se presentaban comiencen a aparecer sin que los mimos tengan un origen real. Por lo tanto, tenemos un nuevo problema a afrontar que es diferenciar un síntoma real a un síntoma simulado.

A la pregunta ¿Es positivo y necesario que el paciente sepa su diagnóstico? Cabría decir que no es positivo que lo sepa ni necesario. Pero sí es necesario como profesional de la salud mental arribar a un diagnóstico para planificar un tratamiento pero el paso que no es necesario es comunicarle al paciente el diagnóstico al que arribamos, por lo planteado recientemente. Y específicamente desde el psicoanálisis nos orientamos por tres grandes estructuras que nos permiten, por un lado, orientar la cura, y por otro, poder pensar un tratamiento posible, siempre teniendo en cuenta que cada uno de nuestros pacientes son únicos e irrepetibles.

Imágen Escalera librería

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